La Italia Fascista (1922-1939)

El Duce en Roma

El Duce en Roma

Contenido

 1 La crisis de la posguerra

 2 La formación del Partido Nacional Fascista

 3 La marcha sobre Roma y la llegada al poder

 4 La dictadura fascista

 5 Un fuerte dirigismo económico

 6 Un estricto control social

 7 Hechos importantes dentro del fascismo italiano

     7a Asesinato de Matteotti

    7b La Guerra de Abisinia

    7c El Fascismo en España

    7d El Fascismo en América

La crisis de la posguerra

Durante la Primera Guerra Mundial, el coste de la vida en Italia había subido mucho más rápidamente que los salarios y el nivel de vida de la clase trabajadora había bajado.

Éste fue el origen de las huelgas. En 1919 se produjeron más de 1800 huelgas, y en 1920 los obreros ocuparon muchas fábricas. Además, los grandes propietarios ocuparon las tierras del campo. Aunque estos movimientos fueran frenados, el miedo a la bolchevización y al estallido de una revolución social se extendió entre la burguesía que pedía soluciones más estrictas.

Políticamente, la monarquía constitucional era inestable y ningún partido conseguía obtener mayorías estables y gobiernos duraderos.

A todo esto, hay que añadirle el nacionalismo exaltado, derivado de la frustración, tras la Primera Guerra Mundial. Así sucedía en la costa dálmata, controlada por Yugoslavia, o con Fiume, disputada por italianos y yugoslavos, y que había quedado en manos de la Sociedad de Naciones (SDN).

La formación del Partido Nacional Fascista

En 1919, Benito Mussolini, fundó los llamados Fasci di Combattimiento, que agrupaba a antiguos combatientes.

En 1921, Mussolini transformó los Fasci en el Partido Nacional Fascista, como una respuesta, un contraataque al comunismo y la bolchevización de Italia. Su partido era popular, defensor de la propiedad privada, nacionalista, expansionista y militarista en la política exterior. El partido adoptó una simbología propia: la camisa negra como uniforme y el saludo a la romana con el brazo en alto.

El partido se apoyó en los obreros y la burguesía descontenta. El partido pronto fue bien visto entre los industriales, los grandes propietarios de tierras, el ejército o el propio gobierno ya que lo consideraban una buena arma para frenar el socialismo y el comunismo.

Las escuadras fascistas protagonizaron numerosos actos violentos, pero al contar con la complicidad de la policía y de la justicia estos solo recibían penas simbólicas.

La Marcha de Roma

La Marcha de Roma

La marcha sobre Roma y la llegada al poder

El Partido Nacional Fascista demostró que contaba con una buena organización en la huelga de agosto de 1922, convocada por todas las fuerzas de izquierda.

Pero el golpe definitivo para hacerse con el poder llegó con la marcha sobre Roma en octubre de 1922. Los fascistas anunciaron que, si el gobierno no se imponía, ellos marcharían hacia la capital reclamando el poder. Miles de “camisas negras” ocuparon los edificios públicos y empezaron a controlar las instituciones. Asumiendo toda la responsabilidad, Víctor Manuel III pidió a Mussolini el 30 de octubre que constituyese un nuevo ejecutivo.

La Monarquía y el Ejército fueron quienes entregaron el poder al fascismo. El monarca, por decidir entregar el gobierno a Mussolini y los militares ya que la mayoría de los mandos seguramente les eran afines.

La dictadura fascista se dio por la restricción de libertades (1922-1924). Pero el acto definitivo fue en 1924, a raíz del asesinato de Matteoti, quien había denunciado los crímenes fascistas y el fraude con que el Partido Nacional Fascista había conseguido ganar las elecciones. Mussolini asumió plenos poderes y silenció a la oposición.

Marcha sobre Roma dirigida por Mussolini con la cual
el fascismo se hizo con el poder.

Marcha sobre Roma dirigida por Mussolini con la cual
el fascismo se hizo con el poder.

La dictadura fascista

A partir de 1925, Mussolini, el Duce, se propuso convertir Italia en un régimen totalitario. Una ley nombró a Mussolini jefe de Gobierno y le otorgó todos los poderes. En 1926, la Ley Rocco prohibió todos los partidos y sindicatos, a excepción de los fascistas.

El Parlamento fue sustituido por la Cámara de los Fasci. La administración política fue depurada. También se creó una policía política, la Organización de Vigilancia y Represión del Antifascismo (OVRA), que perseguía a la oposición.

Así, también atrajo a la Iglesia católica. Juntos firmaron los Pactos de Letrán (1929). El Estado italiano no se comprometía a conceder al Vaticano una renta anual.

También contribuyó a la popularidad del fascismo su política expansionista. Se promovió la remilitarización. Esta política implicaba la posesión de Albania, África, Somalia, Libia y Etiopía.

Un fuerte dirigismo económico

Económicamente, el fascismo se caracterizó por un fuerte intervencionismo estatal, por el proteccionismo a la industria nacional y por la autarquía económica. De este modo, el Estado fue haciéndose con el control de la economía (electricidad, siderurgia, construcción naval, química…).

En 1934, el Estado adoptó políticas proteccionistas. El fascismo invirtió en las obras públicas (construcción de autopistas).

El principal beneficiario fue la oligarquía. En contrapartida, el nivel de vida de los italianos se situó por debajo del europeo.

El estado fascista se hizo con el control económico
de la sociedad italiana, desde la electricidad hasta la educación.

El estado fascista se hizo con el control económico
de la sociedad italiana, desde la electricidad hasta la educación.

Un estricto control social

El fascismo pretendió controlar y dirigir a toda la sociedad.

En la enseñanza, en las escuelas de primaria, los maestros se vieron obligados a vestir camisa negra, mientras que, en la Universidad, los profesores debían prestar juramento de fidelidad al régimen.

El catolicismo fue declarado religión oficial, se prohibió el divorcio, la enseñanza religiosa se convirtió en obligatoria y se exaltó el papel de la maternidad y la familia. Periódicos, libros o radio quedaron impregnados de los valores fascistas, en un intento de controlar las conciencias.

Hechos importantes dentro del fascismo italiano Marcha sobre Roma

El 24 de octubre, en el congreso del PNG, Mussolini anunció oficialmente la Marcha sobre Roma “O nos entregan el gobierno o lo tomaremos cayendo sobre Roma”. La marcha se desarrolló en 1932 y fue protagonizada por unas 500 camisas negras dirigidos por Mussolini. El Rey pidió a Mussolini que formara gobierno cosa que hizo el día 30. El fascismo había tomado el poder.

La Guerra de Abisinia

La Guerra Ítalo-Abisinia De 1935: Mussolini jugando a ser la nueva Roma

La invasión de Etiopía - El plan loco de Mussolini para la restauración del Imperio Romano.

Incluso antes de la entrada real de Italia en la Segunda Guerra Mundial, algunos altos funcionarios italianos consideraban imposible defender y mantener la posesión del Imperio en caso de guerra contra el Reino Unido, que tenía el control de Gibraltar y el canal de Suez. Finalmente, el sueño loco de Mussolini de la grandeza romana terminó y la ocupación italiana no pasó de una década.

Asesinato de Matteotti

Saludo entre los líderes Hitler y Mussolini- Firma de un pacto en Munich

Saludo entre los líderes Hitler y Mussolini- Firma de un pacto en Munich

Giacemo Matteotti fue el jefe del Partido Socialista Unitario el cual fue secuestro y seguidamente asesinado en el año 1934. Se desconoce si Mussolini está detrás de su asesinato. Su asesinato fue porque había denunciado los crímenes fascistas y el fraude del Partido Nacional Socialista que llevó a cabo para ganar las elecciones.

El Fascismo en España

La “guerra de España” (como la llamó la prensa internacional) tuvo una repercusión inmediata en las complicadas relaciones internacionales de la segunda mitad de la década de los años treinta.​ En Europa existía una pugna política, diplomática, ideológica y estratégica a tres bandas entre las potencias democráticas, Gran Bretaña y Francia; las potencias fascistas, la Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini; y comunistas, la Unión Soviética de Stalin; y el “asunto español” fue enfocado por cada Estado europeo desde sus intereses concretos.

Francia y Gran Bretaña veían que la “guerra de España” podía complicar aún más el difícil juego estratégico que se desarrollaba a escala europea. “Por ello, la primera orientación de la diplomacia de esas potencias fue la de procurar el aislamiento del conflicto español. A esa táctica obedeció la primera de las grandes medidas internacionales: el acuerdo general sobre la No-Intervención”. ​

Pero los regímenes fascistas europeos (Alemania e Italia) y el Portugal salazarista apoyaron desde el principio a los militares sublevados, mientras que la República desde octubre 1936 obtuvo el apoyo de la URSS y de las Brigadas Internacionales (también recibió el apoyo casi simbólico de México).

Este “apoyo internacional a los dos bandos fue vital para combatir y continuar la guerra en los primeros meses. La ayuda italo-germana permitió a los militares sublevados trasladar el Ejército de África a la Península a finales de julio de 1936 y la ayuda soviética contribuyó de modo decisivo a la defensa republicana de Madrid en noviembre de 1936”. ​

La ayuda italiana y alemana que llegó al bando sublevado desde el inicio se incrementó notablemente a partir de octubre de 1936 cuando comenzaron a llegar al bando republicano la ayuda soviética y las primeras Brigadas Internacionales.

A partir de ese momento, que coincide con el inicio de la batalla de Madrid, “la guerra ya no era un asunto interno español. Se internacionalizó y con ello ganó en brutalidad y destrucción. Porque el territorio español se convirtió en campo de pruebas del nuevo armamento que estaba desarrollándose en esos años de rearme, previos a una gran guerra que se anunciaba [la Segunda Guerra Mundial]”. ​

La Guerra civil española ha sido considerada en muchas ocasiones como el preámbulo de la Segunda Guerra Mundial o como un episodio de la “guerra civil europea” que comenzó en 1914, con la Primera Guerra Mundial y concluyó en 1945 con el final de la Segunda Guerra Mundial.

“La guerra civil española fue en su origen un conflicto interno entre españoles... [pero] nunca pudo ser una lucha entre españoles o entre la revolución y la contrarrevolución. Para muchos ciudadanos europeos y norteamericanos, España se convirtió en el campo de batalla de un conflicto inevitable en el que al menos había tres contendientes: el fascismo, el comunismo (o la revolución socialista, anarquista o trotskista) y la democracia. (...) En la guerra civil española combatieron decenas de miles de extranjeros.

El Fascismo en América

El fascismo también tuvo expresiones en América Latina, con agrupaciones como la Falange Socialista Boliviana o la Liga Patriótica Argentina, entre otras.

Comentarios recientes

25.11 | 00:55

Jorge gracias, esa es la idea de este blog, compartir datos históricos y otros divertidos, siempre con la idea de cultura

16.11 | 05:32

Verdaderamente ilustrativo, gracias por compartir estas enseñanzas.

28.10 | 14:04

Leí hace años de una mujer a la que le habian desaparecido varios empastes y tenia esos dientes sanos.

Además, existen una serie de fotografias, de logos en vehículos, que atestiguan la veracidad.

23.10 | 15:49

Los Griegos ganaton a los Atlantes-Iberos.

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