El Origen de las Posadas en México

¿Cuál es el verdadero origen de las posadas en México?


En un principio a las posadas se les llamó “misas de aguinaldo” y desde ese entonces se llevaban a cabo del 16 al 24 de diciembre en los atrios de las iglesias

Algo que caracteriza muy bien las fiestas decembrinas son las luces, los adornos, los arbolitos de navidad, la comida, los regalos, las fotos con santa y, sobre todo, las posadas.

En México, las posadas inician el 16 de diciembre y terminan hasta al 24 del mismo mes, cada uno de los nueve días representan un valor, como la humildad, el desapego, la caridad, fortaleza, pureza, confianza, justicia, alegría y generosidad.

Es en estas fiestas cuando chicos y grandes salen a las calles a realizar el llamado “peregrinaje”, el cual se trata en visitar nueve casas, una diaria, hasta lograr encontrar una casa donde se les dé posada.

La Navidad en México se celebra de una manera muy especial, con posadas, ponche, pastorelas y el nacimiento, eso sin mencionar la deliciosa comida que se sirve

Esta es una tradición de la religión católica, los llamados “peregrinos” siguen una estatua conocida como “misterio” la cual puede ser de personajes como María, José, un ángel o hasta de un burrito, acompañados de cantos y rezos.

Al final, los anfitriones de la posada ofrecen ponche, una bebida súper deliciosa que contiene fruta de temporada, aguinaldos llenos de dulces, donde, además, al final de la fiesta, se romperá la famosa piñata tradicional navideña de siete picos.

Origen de las posadas


Ahora que ya sabemos de qué tratan las posadas en México, ¿sabes cuál es su origen en la cultura mexicana?

Las posadas son una serie de festividades que se celebran en México desde la época colonia, de hecho, estas tienen un carácter religioso, donde se representa el peregrinar de José y María en camino a la tierra de Belén.

Se sabe que antes de la llegada de los españoles, el pueblo azteca celebraba en el mes de panquetzaliztli, lo que hoy llamaríamos equivalente al mes de diciembre, la llegada del dios de la guerra Huitzilopochtli, estas festividades comenzaban en el día sexto y tenían una duración de 20 días, donde se coronaba al dios colocando banderas en los árboles frutales y estandartes justo en el templo principal.

Con la llegada de los europeos a tierras mexicanas, los religiosos estuvieron a cargo de la evangelización de los indígenas, donde se reemplazó al dios de la guerra por la preparación de la Navidad y las posadas.

Estas posadas eran también llamadas “Misas de aguinaldo” y fue a partir de aquí cuando se llevan a cabo del 16 al 24 de diciembre en los patios de los conventos y de las iglesias. En estas celebraciones también se daban pequeños regalos a los visitantes, lo que hoy llamamos como aguinaldos.

Algo que es curioso y digno de mencionar, es que después de la independencia de México, en el siglo XIX, la costumbre y tradición de asistir a dichas celebraciones de las “misas de aguinaldo” fue desapareciendo, casi en su totalidad, pero gracias a los fieles seguidores estas fiestas fueron rescatadas y trasladadas a casas propias en los barrios y los vecinos las ofrecian para llevar a cabo la celebración.


Significado de los nueve días de posadas

Cada uno de los nueve días de las posadas tiene un significado diferente (humildad, fortaleza, desapego, caridad, confianza, justicia, pureza, alegría y generosidad), y quienes acostumbran llevar a cabo estos festejos de acuerdo a la tradición celebran cada día en una casa o cuadra distinta. Familiares y/o vecinos se reúnen y se dividen en dos grupos: los posaderos dentro de la casa y, afuera, los peregrinos con velas encendidas, un pesebre y figuras (o gente disfrazada) que representan a José, María, un ángel y un burro. La letanía se cantaa capellay, una vez que los posaderos dejan entrar a los peregrinos, da inicio el festejo donde se reparten “aguinaldos” (bolsitas con dulces, fruta y colación) y se rompe la piñata. Existen canciones específicas para hacerlo, pero esa ya es otra historia.

Letanía para pedir posada


Peregrinos


En el nombre del cielo

os pido posada,

pues no puede andar

mi esposa amada.


Posaderos


Aquí no es mesón,

sigan adelante.

Yo no puedo abrir,

no sea algún tunante.


Peregrinos


No seas inhumano,
tennos caridad,
que el Dios de los cielos
te los premiará.


Posaderos


Ya se pueden ir
y no molestar,
porque si me enfado
os voy a apalear.


Peregrinos


Venimos rendidos
desde Nazaret,
yo soy carpintero
de nombre José.


Posaderos


No me importa el nombre,
déjenme dormir,
pues yo ya les digo
que no hemos de abrir.


Peregrinos


Posada te pide,
amado casero,
por solo una noche
la reina del cielo.


Posaderos


Pues si es una reina
quien lo solicita,
¿cómo es que de noche
anda tan solita?


Peregrinos


Mi esposa es María,
es reina del cielo,
y madre va a ser
del Divino Verbo.


Posaderos


¿Eres tú José?
¿Tu esposa es María?
Entren peregrinos,
no los conocía.


Peregrinos


Dios pague, señores,
vuestra caridad,
y que os colme el cielo
de felicidad.


Todos


¡Dichosa la casa
que abriga este día
a la Virgen pura,
la hermosa María!


(Los posaderos abren la puerta y dejan entrar a los peregrinos)


¡Entren santos peregrinos,
reciban este rincón,
que aunque es pobre la morada,
os la doy de corazón!
¡Cantemos con alegría
todos al considerar
que Jesús, José y María

nos vienen a visitar!