Hasta el momento, se han descubierto 8 calaveras (de 13 que habla en la leyenda), de origen ciertamente desconocido,
en América y Asia. Algunas han sido datadas de la época de la civilización maya, sin embargo, también han sido halladas otras de finales del siglo XIX, que son calificadas como "buenas falsificaciones", por lo cual el número
de verdaderas calaveras sería inferior.
La historia inicia en la ruinas de una ciudad
fantasma, denominada como Lubaatún, la hija adoptiva del arqueólogo, Anna, observó durante varios días un fuerte y enigmático resplandor, que surgía entre las piedras caídas de los edificios y templos que los
trabajadores estaban desenterrando y despoblando de la amplia vegetación que los cubría.
Tras excavar en la zona, la expedición no podía dar crédito a su "casual" hallazgo. Antes sus ojos apareció impecable, una perfecta replica de un cráneo humano elaborado en cristal de roca. En las manos de un nervioso
Mitchell-Hedges, el medico y experto en cultura maya, el profesor Thomas Gann, examinó cuidadosamente la calavera.
Se
trataba de una "escultura" de 12´7 cm de altura y unos 5 kilos de peso realizada en una sola pieza, con el detalle de la mandíbula articulada. El tallado y el pulido del cráneo era sencillamente magistral, inexplicable. No existía
ni el mas mínimo vestigio en la brillante superficie (arañazos, marcas, surcos, etc) que pudieran indicar los materiales o utensilios utilizados para tallar semejante prodigio de la "joyería".
Oficialmente, la calavera de cristal, o cráneo del Destino como fue bautizado, se dató entre el 1300 y 1400 d. C, adjudicandolo a la época azteca. Sin embargo esto contradecía,
a los propios indígenas de la zona, que tras ser entrevistados por el propio Mitchell-Edges, afirmaban que la calavera tenía, según sus antiquísimas tradiciones, una antigüedad de al menos 3600 años...
Pero ahí no acaban las sorpresas. La Compañía de alta tecnología Hewlett-Packard, sometió a la pieza a diversos análisis,
concluyendo que, aproximadamente, se hubieran necesitado 300 años de trabajo continuado para elaborar el cráneo. Lo que hubiera supuesto que, al menos, 10 generaciones de una misma familia de "artesanos", se dedicaran exclusivamente al tallado
y pulido de la insólita calavera. Lo único cierto, es que ni los mas destacados museos del mundo han logrado arrancar el secreto de la perfecta elaboración del duro material.
Jose Chavarria
Oso Tato
Si, estoy de acuerdo, pero no es fácil acceder a todos esto artefactos, algunos los he tenido en mi mano como los del tema de Abydos o Abidos a Jalisco y he constatado que son reales y antiguos.