La Teoría de las Geoproto Civilizaciones (GPC) Parte 5
del libro La Prehistoria Jamás contada© 
de la Teoría de la existencia de Geoproto Civilizaciones© 
de Roberto Zetina
Otro artefacto fuera de lugar pero más moderno, son las pilas de Babilonia

Otro artefacto fuera de lugar pero más moderno, son las pilas de Babilonia

La Teoría de las Geoproto Civilizaciones (GPC) Parte 5
del libro La Prehistoria Jamás contada©
de la Teoría de la existencia de Geoproto Civilizaciones©
de Roberto Zetina

La historia en si misma del descubrimiento y "redescubrimiento" de las pilas de Babilonia es aleccionarte. Durante muchos años estas pilas eléctricas —procedentes de las excavaciones de Khujut-Rabua— estuvieron en los anaqueles del Museo de Bagdad clasificadas como "Objetos de Culto", sin que en momento alguno los numerosos técnicos y curadores del museo sospecharan se trataba de pilas eléctricas. Se podrá arguir como justificación que ninguno de los citados era un especialista en electricidad. Pero no deja de ser sorprendente que hace tres mil años los babilonios supieran fabricar pilas eléctricas y que treinta siglos después científicos contemporáneos no sean capaces siquiera de reconocerlas.

Cualquier interpretación que demos al episodio, la verdad histórica es que si hoy sabemos algo de las pilas de Babilonia fue porque un día feriado no sabiendo qué hacer el ingeniero Wilheim Koning se dirigió al museo para matar el tiempo. El citado ingeniero austríaco se encontraba a la sazón en Bagdad "desarrollando el alcantarillado de la ciudad, y no fue pequeña su sorpresa al enterarse de que tales pilas eléctricas procedían de milenios antes de Cristo.

Detalle de la construcción de la pila

Detalle de la construcción de la pila

Era un recipiente de unos quince centímetros de alto de cerámica amarilla, fechado en unos dos milenios atrás, que contenía un cilindro hecho de una hoja de cobre de doce por casi cuatro centímetros. La costura del cilindro estaba soldada por una mezcla de estaño 60/40 similar a la que se usa hoy en día para soldar. El fondo del cilindro estaba terminado con un disco de cobre con los bordes doblados en forma de tapa y sellado con un material bituminoso como el asfalto. Otra capa de asfalto sellaba la parte superior, sosteniendo una varilla de hierro suspendida en el centro del cilindro de cobre. La varilla mostraba evidencias de haber sido corroída por un agente ácido.

Posteriormente se fueron encontrando detalles diversos que confirmaron la primera impresión del ingeniero Koning. En efecto, algunas de estas pilas fueron enviadas a Schenectady (USA) donde fueron analizadas por técnicas de G.E. que confirmaron la presunción: Se trataba de auténticas pilas eléctricas, una de las cuales entró en funcionamiento apenas se la llenó de agua destilada suministrando una fuerza electromotriz de 0.8 voltios.
El estudio de esta primitivísima pila eléctrica es de sumo interés desde diversos puntos de vista; desde ya porque rompe con la tradición unánime de la ignorancia técnica de los antiguos; enseguida porque nos muestra de qué recursos debe valerse un técnico, colocado en un medio primitivo, para lograr la aplicación de sus conocimientos. Si un moderno electricista con conocimientos de electroquímica abandonado en un poblado primitivo lograra fabricar una pila, la misma sería idéntica a la construida por los técnicos de Babilonia.

Las pilas del Museo de Bagdad están constituidas por un vaso de terracota vidriada con una tapa de asfalto atravesada por un electrodo de cobre y otro de hierro. En el interior de la misma el análisis reveló la presencia de acetato de hierro. El químico prehistórico que construyó resolvió los varios problemas técnicos presentados con singular habilidad. La contención del líquido por un recipiente anticorrosivo se parece a muchas soluciones modernas. Por ejemplo, en museo de la Universidad de San Patricio —en Méynooth— se exhiben las primeras pilas construidas en Irlanda —hacia 1830— que están formadas, también, por un recipiente de barro-vidriado y una cubierta aisladora atravesada por dos electrodos. Pero el constructor de las pilas irlandesas —que según me dijo el físico McConnell fue el creador del primer electroimán— estuvo favorecido por los alquimistas occidentales que le proveyeron de ácido sulfúrico y zinc; en cambio el fabricante babilónico debió contentarse con vinagre y con hierro (se Cree)

Mapa de Bagdad

Mapa de Bagdad

Otro problema técnico que se ha presentado siempre a los constructores de pilas eléctricas es el de la "polarización", consistente en moléculas de hidrógeno desprendidas de la reacción que se adhieren al electrodo terminando por aislarlo e interrumpiendo el suministro de electricidad. Las modernas soluciones caracterizan los distintos tipos de pilas usados por la industria moderna (elemento de Leclanché, elemento de Landé, etc). El técnico irlandés resolvió el problema aumentando la superficie de los electrodos los que, como en la pila de Wollaston, eran aireados para eliminar el hidrógeno catódico. El estudio de la pila babilónica no nos permite conocer cómo resolvieron el problema. No me imagino tampoco cómo podría superarse en un medio rural el problema que las modernas "pilas secas" resuelven mediante la adición de bióxido de manganeso. Pero que lo debió resolver no cabe ninguna duda, de otro modo no hubiera logrado los excelentes depósitos electrolíticos con que se enchapaban las joyas de Babilonia

Y este es otro interesante capítulo de la interacción científica en la investigación arqueológica. En efecto, el descubrimiento de joyas babilónicas enchapadas en oro y en plata muestra que la falsificación de las joyas debió ser un excelente negocio en aquel tiempo en el que ya, como lo ha mostrado la arqueología, estaba muy extendida la usura. Los análisis metalográficos han mostrado, fuera de toda, duda, que los recubrimientos fueron hechos por vía electrolítica. No se trata, tampoco, de los delgados depósitos que modernamente se obtienen por simple inmersión; se trata de auténticos depósitos electrolíticos de espesor, los cuales pueden ser logrados únicamente mediante el empleo de pila eléctrica muy eficientes.

Un problema arqueológico conspicuo lo presenta imaginar la composición del "baño de oro" y del PB-6"baño de plata" o sea las soluciones electrolíticas empleadas por el galvanostega prehistórico. Modernamente logramos la disolución de la plata y del oro utilizando los cianuros dobles. No es difícil pensar que esta solución estuviera al alcance del lejano alquimista. Podemos lograr un baño de oro mediante la disolución electrolítica o autodisolución del ánodo de oro con sales de cloro. Pero para ello hace falta poseer ácidos fuertes como el ácido sulfúrico. ¿Qué composición química tuvieron las soluciones electrolíticas de los alquimistas babilónicos? El simple empleo de nitrato y acetatos no basta —se hubieran obtenido depósitos pulverulentos y no los excelentes metales de las joyas babilónicas. Utilizando corrientes de muy baja intensidad y larguísimo tiempo de operación es posible un plateado que utilice citratos dobles, obtenibles a partir de jugo de limón. Pero con esto no resolvemos el problema del dorado.

Lo que se infiere de este breve análisis de la tecno química caldea es el alto grado de adelanto técnico y, sobre todo, la profundidad de los conocimientos químicos de aquellos lejanos investigadores de la electroquímica

Las Pilas de Babilonia de 4,000 años de antigüedad

Comentarios recientes

25.11 | 00:55

Jorge gracias, esa es la idea de este blog, compartir datos históricos y otros divertidos, siempre con la idea de cultura

16.11 | 05:32

Verdaderamente ilustrativo, gracias por compartir estas enseñanzas.

28.10 | 14:04

Leí hace años de una mujer a la que le habian desaparecido varios empastes y tenia esos dientes sanos.

Además, existen una serie de fotografias, de logos en vehículos, que atestiguan la veracidad.

23.10 | 15:49

Los Griegos ganaton a los Atlantes-Iberos.

Compartir esta página